Mis comentarios al respecto.
Lo novedoso y fascinante de la educación virtual, es el mecanismo electrónico, por medio del cual nos comunicamos donde el alumno interactúa con el maestro, materiales y además con otros alumnos. En esta modalidad educativa se están creando nuevos ambientes, para el aprendizaje y los roles del profesor y alumnos se están redimensionando. El profesor ahora abandona su posición de ser el centro de la información y se convierte en un guía, tutor, que administra y gestiona la información, enseña menos y conduce más, gestiona y coordina el aprendizaje. De tal manera que su rol se modifica, pero se reafirma.
Las transformaciones tecnológicas en el ámbito educativo han propiciado el desarrollo de la enseñanza virtual y han flexibilizado el aprendizaje, sobre todo, al otorgar una mayor autonomía a las acciones de adquisición y aprovechamiento del saber. También han dado pauta a la emergencia de nuevas estrategias pedagógicas que recuperan la importancia del aprendizaje, redimensionando el peso específico del aprendizaje pero sobre todo la enseñanza y su carácter significativo, de una manera individual a lo largo de su formación y durante toda la vida.
Por lo tanto los desafíos para los profesores en el siglo XXI donde se vislumbra un problema, ya que la profesión del docente, presentan una crisis dentro del sistema educativo. Ya que actualmente, se requiere resignificar el rol del docente y de la docencia en la sociedad, el construir un nuevo estatus y adscripción del docente para reconstruir su identidad a partir de su desempeño.
Y para este cambio educativo del porvenir, los docentes debemos no sólo renovar nuestros saberes constantemente, sino ser competentes para usar las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).
Para ello tenemos que desarrollar nuevas actividades, donde el profesor pueda adquirir nuevas competencias. Que es el motivo de esta especialidad donde estas competencias son fundamentalmente, que son las competencias tecnológicas para poder producir, distribuir y consumir información en el ciberespacio y las competencias comunicativas para poder crear redes sociales donde se intercambien información significativa, es decir, adquirir las habilidades para crear espacios y tiempos para un aprendizaje dialogante, raciocinante.
En la educación virtual, es donde el profesor organiza y orienta el aprendizaje, promueve redes tecnológicas y sociales para intercambiar información. Es decir, disminuimos nuestro carácter de enseñante y nos transformamos en administradores de recursos educativos, donde asistimos, a distancia, a los alumnos, convirtiéndonos en guías de mentes y en un tejedor de conexiones, entre los alumnos, y el conocimiento y además de otras redes ajenas incluso a las de nuestra escuela o del grupo escolar.
Las competencias tecnológicas se refieren al conocimiento de este medio, la comprensión y habilidad para saber usarlas y poder aplicarlas de manera eficiente y productiva en el nuevo espacio-tiempo virtual. Lo que implica una experiencia en el uso de los medios informáticos con fines docentes. Y las competencias comunicativas se centran a la habilidad negociadora, incluyente y participativa que crea espacios para el diálogo deliberativo y racional. E Implica más que enseñar, aprender a aprender el inducir al alumno al conocimiento desde la duda o la pregunta: ¿qué, cómo, por qué y para qué?
Para el cambio educativo del porvenir, los docentes deben no sólo renovar sus saberes constantemente, sino ser competentes para usar las tecnologías de la información y la comunicación. Actualmente, se requiere resignificar el rol del docente y la docencia en la sociedad; construir un nuevo estatus y adscripción para reconstruir su identidad a partir de su desempeño
Tomás Miklos* y Margarita Arroyo**
Sin mas por el momento. Saludos
jueves, 8 de julio de 2010
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